ADIÓS A UNA GLORIA DEL FÚTBOL COLOMBIANO

EL DESPERTADOR DEL SUR                                                  Por: Jorge Arturo Bravo

Gran pesar causó entre los buenos amantes del futbol aficionado nariñense y del fútbol profesional colombiano, la muerte de esa vieja gloria del fútbol nariñense en particular y del fútbol profesional colombiano, en general; me refiero a Emiro Guillermo Burbano Santacruz, ocurrida el pasado 13 mayo en la ciudad de Santiago de Cali, a los 89 años de edad.

Emiro Burbano, como se lo conoció tanto en el futbol aficionado de Nariño como en el futbol profesional colombiano, nació el 10 de marzo de 1936; en la bella población de La Florida, ubicada al occidente del departamento de Nariño, a escasos 27 kilómetros de distancia de la ciudad de Pasto, por la llamada carretera circunvalar al Galeras.

En ceremonia religiosa oficiada, en el templo parroquial de San Bartolomé de La Florida, por el cura párroco Ángel Delgado el 25 de abril del mismo año, recibió el nombre de Emiro Guillermo, hijo legítimo de Diógenes Burbano, Dentista de profesión y Sofía Santacruz.

Cuando siendo muy joven ya demostraba sus innatas habilidades para el futbol y apenas cumplida su mayoría de edad, fue llamado a las filas del ejército a prestar servicio militar, formando parte más tarde del batallón “Colombia” para viajar, en 1956, a la Guerra del Sinaí, en la que Colombia participa sin saber por qué.

De regreso a Colombia y particularmente a su querida tierra nariñense, por sus calidades futbolísticas que no las perdió, no obstante, su servicio militar, lo llevó a integrar diferentes equipos de la llamada Categoría Primera Especial como Deportivo Pasto y varias veces fue llamado a la Selección Nariño al lado de Hernán Pantoja, “El Buey” Ordoñez, Carlos Bustamante, para defender los colores “auriverdes” en los Juegos Atléticos Nacionales.

Más tarde llega al hoy Atlético Quindío como un excelente marcador de punta derecha como se llama ahora al lateral derecho; allí jugó al lado de Hernán Pantoja y Juan Molina; igualmente jugó para Once Caldas de Manizales, pero, sin lugar a dudas, su gran consagración la consiguió jugando para América de Cali, “Los diablos rojos”, bajo la dirección del técnico argentino Julio Tocker.

Luego de su retiro del fútbol se pone al frente de su negocio conocido como “La Bodega Cubana”, el palacio de la salsa, en la ciudad de Cali. Paz en su tumba a nuestra vieja gloria del futbol nariñense